jueves, 4 de enero de 2007

EL PARÁSITO PERFECTO

El verano pasado encontré este post: "El Parásito Perfecto", en el estupendo blog Ciencia de Bolsillo. Más tarde en otro blog, el extraño "Psicofonías", se continuó la discusión. El origen del debate fue si Alien, el espeluznante intruso de la nave Nostromo, en la película "Alien, el octavo pasajero", era o no el mejor parásito posible. Ambos posts argumentan con razón que "Alien es un bicho agresivo, que debe destruir a su anfitrión para poder reproducirse y luego te mira con una cara que obligaría al mayor pacifista a coger un lanzallamas para achicharrarlo. No. Lo cierto es que hay bichos capaces de hacerlo mucho mejor. [...] El parasitismo es un tipo de relación donde un organismo se beneficia de otro sin compensarlo. Puede ser consiguiendo alimentos, protección o facilidad de reproducción. El organismo parasitado pierde recursos a favor del parásito lo que puede perjudicar su viabilidad e incluso su supervivencia. Pero si el parásito es “inteligente” no perjudica demasiado a su huésped. Le interesa que el huésped le siga “ayudando”."

En el artículo de Ciencia de Bolsillo se propone como ejemplo de parásito perfecto a Toxoplasma gondii, un protozoo (animal unicelular) que parasita a la mayoría de los mamíferos. Para extenderse por nuestro cuerpo toman el control de las células dendríticas, parte de nuestro propio sistema inmunitario, y las utilizan para llegar al cerebro o atravesar la placenta, barreras que suelen resistir la mayoría de los ataques.

En Psicofonías se propone un ejemplo mucho más terrorífico sacado del libro "La montaña de almejas de Leonardo" del controvertido S.J. Gould:Sacculina. Es un género de parásitos perteneciente al Orden de los Cirrípedos (el mismo Orden del percebe, por ejemplo) que pasa por varias fases larvales hasta llegar a una llamada cipris que se fija a un cangrejo, pasando entonces a otra fase llamada kentrogon que atraviesa la coraza de su víctima, inyectándole una o varias células que comienzan a crecer dentro del cuerpo del cangrejo. Una fina red de "raices" se exteinde por el interior del cuerpo de pobre animal, y comienza a succionar sus fluídos para alimentar al parásito. Sacculina crea entonces una especie de saco que crece y se hincha bajo el abdomen del cangrejo, en el lugar en que normalmente las hembras guardan sus huevos. Esa estrcutura es el organo reproductor de Sacculina. Si el cangrejo es hembra, Sacculina se hace con el control de su "instinto maternal" y hace creer a su huesped que el saco es la puesta de huevos del propio cangrejo, y éste lo proteje y cuida. Si el cangrejo es macho, lo feminiza haciéndole creer que es una hembra con su bolsa de huevos y comportarse como tal.

La verdad es que los dos ejemplos son buenos, pero yo tengo uno mejor. Imaginad un ser que, al igual que Sacculina, es inyectado dentro del cuerpo de su víctima, pero de una forma más inteligente, aprovechando uno de los orificios naturales. No introduce ni quiera una célula completa, sino una muy modificada, diseñada sólo para moverse durante un tiempo. El tiempo que necesita para parasitar una célula y cambiar su dotación genética. A partir de ese momento su víctima está perdida. Cambia el comportamiento de la célula, que empieza a producir hormonas que toman el control del cuerpo de su anfitrión. La célula parasitada se mueva hacia una zona bien irrigada por vasos sanguíneos y empieza a dividirse hasta formar un pequeño cuerpo que genera un tubo que se conecta directamente con los vasos sanguíneos, de los que empieza a extraer los nutrientes que necesita. Consigue vencer el sistema inmunitario de su víctima y ésta no puede hacer nada por deshacerse de él. Este parásito terrible, va un paso más allá que Sacculina, no sólo cambia el comportamiento de su anfitrión mientras está dentro de él, sino que consigue que el anfitrión siga cuidándolo cuando ya ha salido fuera. Además induce hormonalmente en el cuerpo de la víctima, la secreción una sustancia nutritiva de la que se alimenta el parásito una vez sale del cuerpo de su anfitrión. La estrategia de esta especie es más inteligente que la de cualquier otro parásito, ya que como Sacculina no mata a su víctima, pero, a diferencia de ésta, tampoco le impide reproducirse, con lo que consigue que el número de anfitriones se mantenga alto.

¿Terrible no? ¿Queréis saber de qué especie estoy hablando? Pues es nada más y nada menos que un espermatozoide humano. Parasita el óvulo que fecunda, induciendo cambios en el cuerpo de la mujer que su sistema inmunitario no puede evitar (aunque en algunos casos hay gran resistencia y se traduce en forma de náuseas y vómitos).

¡¡TIEMBLA RIPLEY!!!

1 comentarios:

Anónimo 06 junio, 2009 01:20  

jajajajaja esta buenisimo eso de los parasitos pero pongalenle otra letra esa esta muy "pastosa" y gris tuve que verlo 4 veces para animarme a leerlo y valla que me gusta leer.... XD