martes, 14 de noviembre de 2006

LA HISTORIA DEL ARTE

La historia del arte comenzó aproximadamente hace 1800 millones de años. Por entonces los organismos fotosintéticos empezaron a producir suficiente cantidad de oxígeno para que se acumulara en el mar y en la atmósfera, a cambio de reducir el nivel de CO2 hasta niveles muy bajos. Gracias a esto el calcio disuelto en el mar empezó a formar carbonatos cálcicos al reaccionar con iones bicarbonato mediante la reacción: Ca2+ + HCO3- --> CaCO3 + H+. Al haberse reducido los niveles de CO2, la formación de bicarbonato mediante la reacción H2O + CO2 --> H2CO3 fue más improbable y por tanto, la reacción de disolución de los carbonatos cálcicos: CaCO3 + H2CO3 --> Ca2+ + 2HCO3-, también se produjo menos. Esto permitió que el mar fuera saturándose de carbonatos hasta que éstos empezaron a precipitar.

En la región de la Toscana italiana se formaron grandes sedimentos de carbonatos cálcicos durante el período Jurásico inferior (hace 190 millones de años), que por sucesivas compactaciones dieron origen a una extensísima plataforma calcárea. Posteriormente durante el Terciario (entre hace 65 millones de años y 1,6 millones de años) el movimiento de la corteza terrestre que dio origen al nacimiento de los Apeninos (la orogénesis Alpina), propició que emergiera del mar transformándose en montañas, donde fuertes variaciones de presión alteraron su estructura cristalina. La roca sedimentaria se transformó en una roca metamórfica: el mármol.

Durante el renacimiento se extraía de canteras situadas cerca de la ciudad de Carrara, mármol de una calidad excepcional. Esto llamó la atención de Miguel Ángel Buonarotti, el genial escultor italiano. Necesitaba para crear sus obras maestras un mármol perfecto. Gracias al trabajo de billones de bacterias fotosintéticas durante millones de años, Miguel Ángel pudo esculpir el Moisés, la que está considerada como la mejor escultura de todos los tiempos.

En marzo de 1505, Julio II le encarga la realización de su monumento fúnebre, proyectando un complejo de arquitectura y escultura monumental, donde se celebra el triunfo de la Iglesia más que el prestigio del Pontífice. Miguel Ángel, entusiasmado con esta obra, permanece en Carrara durante ocho meses para ocuparse personalmente de la elección y de la extracción de los mármoles necesarios, pero al volver a Roma el Pontífice, absorbido por los planos de Bramante para la reconstrucción de San Pedro, había archivado los planos del mausoleo. Después Miguel Ángel se embarca de lleno en varios trabajos, entre ellos la decoración de la Capilla Sixtina, y se olvida del proyecto.

Después de la muerte de Julio II en mayo de 1513, el artista acomete un segundo intento de llevar a cabo la obra del mausoleo del Pontífice. Para ello esculpe las dos figuras de los esclavos y el Moisés que reflejan, con atormentada emergía, la terrebilità miguelangelesca. Pero este segundo intento tampoco prosperó. Actualmente el Moisés se encuentra en la basílica de San Pietro in Vincoli (San Pedro Encadenado).

Al visitante suele llamarle mucho la atención que la estatua presente un par de cuernos bien puestos en la cabeza. Esto es debido a un error de traducción en el Antiguo Testamento. El hebreo como las demás lenguas semíticas tiene poco en cuenta las vocales, que pueden ser sustituidas unas por otras. Al estar traduciendo San Jerónimo El Antiguo Testamento del hebreo al latin, en el pasaje del Éxodo 34. 29, cuando Moisés desciende del Monte Sinai con las dos tablas del testimonio en su mano, El Éxodo dice que no sabía Moisés, que la piel de su rostro resplandecía con "karan" de luz. San Jerónimo confundió karan (rayos) con keren (cuernos, de la misma raíz que la palabra griega Kerós, o Keratós, que dio nuestro rinoceronte: cuerno en la nariz) y lo tradujo como "cornuta".

Es curioso como unos pequeños organismos y un error de traducción pueden condicionar tanto la historia del arte.

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