viernes, 17 de noviembre de 2006

LA HISTORIA DEL ARTE II (O CÓMO 4 FEOS PUEDEN CREAR UNA OBRA DE ARTE)

La historia del arte comenzó aproximadamente hace 1800 millones de años. Por entonces los organismos fotosintéticos empezaron a producir suficiente cantidad de oxígeno para que se acumulara en el mar y en la atmósfera. Hasta ese momento las rocas continentales contenían hierro en forma de óxido ferroso (FeO), pero gracias al oxígeno que empezó a estar disponible, este hierro más reducido se oxidó mediante la reacción 4FeO + O2 --> 2Fe2O3, para dar óxido férrico formando un mineral llamado oligisto u ocre rojo. También puede aparecer combinado con agua ( Fe(OH)3 ) llamándose hematites, de color más rojizo. Fue el primer pigmento en ser utilizado con fines artísticos. Hay evidencias de pequeñas cantidades de ocre en yacimientos africanos de 300.000 años. Son esporádicos hasta hace unos 120.000 años, cuando se convierten en habituales. En cuanto a los hematites, eran ya usados por los neandertales hace más de 40.000 años y hace unos 12.000 por los Homo sapiens.















Durante el Renacimiento el genial artista Miguel Ángel Buonarotti usó este pigmento en la decoración de la Capilla Sixtina. Es un color ideal para ilustrar el infierno. Por eso aparece en El Juicio Final. Sin el trabajo abnegado de estos primeros organismos fotosintéticos, las cianobacterias, la obra del genial italiano no hubiera mostrado la intensidad que posee.



















Esta obra es impresionante por la perfección en que están pintados todas y cada una de las figuras (314) que aparecen. Nadie puede observarla sin quedar pasmado por la maravilla que tiene ante sus ojos. Una vez uno a escrutado con meticulosidad cada uno de los detalles que se esconden en este fresco, se da cuenta de que sobre la puerta de la derecha (por la que entra el visitante), aparece una figura curiosa. Se trata de Minos, juez del inframundo, al que Miguel Ángel ha pintado con una serpiente que se enrosca por sus piernas y le muerde el pene (en otras versiones le hace una fellatio, eso lo dejo a la interpretación de cada uno).

Se trata de una venganza del pintor. Un funcionario del Vaticano, Biagio da Cesena, se había quejado de los desnudos: “No es un trabajo digno de una capilla, sino más bien de un baño público” (Recordemos que en la versión original todas las figuras estaban desnudas. Más tarde Daniele Volterra, fue encargado de cubrir la mayoría de ellas con ropas. Fue llamado il braghettone.) Miguel Ángel dio el rostro de da Cesena a Minos. Se burló de él no sólo ante la gente de su época, sino ante todas las generaciones que vendrían después.

Es curioso como unos pequeños organismos trabajando duro, pueden condicionar tanto la historia del arte.

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