jueves, 18 de junio de 2009

SOLUCIÓN AL CASO DEL FALSO HEREDERO

En la entrada anterior se planteba un caso científico-detectivesco protagonizado por el profesor Castillo. En ésta se puede encontrar la solución al enigma.

Primero viene una pequeña introducción, quizá un poco aburrida, pero necesaria y enseguida lo interesante. Se podría decir que un gen es "lo mínimo que se hereda" (que me perdonen los biólogos por la excesiva simplificación, pero si esto les parece simplista, que se preparen para lo que viene). La mayoría de los genes pueden encontrarse en diferentes "versiones" que son muy parecidas, pero con pequeñas diferencias. Cada una de estas versiones se llama "alelo". Cuando un gen interacciona con el ambiente, expresa una característica que podemos observar en el individuo (color de pelo, color de ojos, etc.). Un ejemplo: el gen "color de ojos" puede tener los alelos "marrón oscuro", "miel", "azul" o "verde".

Pero la cosa se complica un poquito si tenemos en cuenta que se recibe un juego completo de genes de cada uno de los padres, por lo que tendrá dos alelos de cada gen, uno en cada cromosoma. ¿Cuál de ellos se expresa en una característica observable? Depende de las "dotes de mando" de cada uno. Cada alelo puede ser dominante(mandón) o recesivo(calzonazos) respecto a los demás alelos. Si coincide un alelo dominante con uno recesivo, se expresará el dominante. Por ejemplo, si en el gen "color de ojos" el alelo "marrón oscuro" es dominante sobre el alelo "azul", y se recibe un alelo "marrón oscuro" de uno de los padres y uno "azul" del otro, el hijo tendrá los ojos de color marrón oscuro, por quel color marrón manda sobre el azul. Digamos que se hace lo que dice el marrón y el otro se calla.

Aún se puede complicar un poquito más cuando un gen está situado en cierta región de los cromosomas sexuales. Hay dos tipos de estos cromosomas el X y el Y. El Y se originó por la pérdida de uno de los cuatro brazos del cromosoma X. Cuando se recibe un cromosoma X de cada uno de los padres, el resultado es una hembra. Si se recibe uno X y uno Y, el resultado es un macho. Si uno de los alelos está presente en el brazo del cromosoma X que no tiene el Y, la expresión del gen no ocurre de igual forma en machos y en hembras. Este es el caso de nuestro gato.

Los colores del pelo de los gatos vienen determinados por una gran variedad de genes de nombres sugerentes: Agoutí, Orange, Diluído, Spotting, Tabby, etc. El gen Orange expresa un pelo de color naranja y se encuentra en el brazo del cromosoma X que no tiene el Y. Las hembras reciben dos copias del gen (dos alelos) que pueden ser los dos dominantes, los dos recesivos o uno dominante y el otro recesivo. Si llamamos "O" al alelo dominante del gen Orange y "o" al alelo recesivo, las hembras pueden tener estos genotipos: OO (los dos dominantes), Oo (uno dominante y el otro recesivo) y oo (los dos recesivos). Los machos sólo pueden tener O (dominante) y o (recesivo). Si el macho tiene O, es naranja, si tiene o, no es naranja. Si la hembra tiene OO es naranja, si tiene oo no es naranja. Y ahora viene lo que nos importa para resolver nuestro misterio: si la hembra tiene Oo, será naranja con manchas de otro color. Son las llamadas hembras calicó, tortoiseshell o tortugas. Es el caso de la gata de la anciana del caso.

Es decir, es absolutamente imposible que un gato macho sea de color naranja con manchas de otro color. O es sólo naranja o es de otros colores, pero no naranja. Un macho puede ser blanco, negro, gris o blanco y negro, pero si es naranja, es todo entero naranja.

Cuando el profesor Castillo observó la fotografía del gato, se dió cuenta enseguida de que era una hembra calicó o tortuga.
¿Cómo supo que el impostor pensaría que el gato era macho? Porque hablaba castellano y en castellano la palabra gato es de genero masculino e inconscientemente tendemos a pensar que un animal es del mismo género que la palabra que lo nombra. Siempre pensamos en una rata hembra o una pantera hembra y en un delfín macho, por ejemplo. Al preguntar muy inteligentemente, por el nombre de "el gato", puso en la boca del impostor el género. Y éste mordió el anzuelo.

Si no sabía que el gato era en realidad una gata (que no podía llamarse Pablo, por supuesto): ¿cómo es posible que hubiera vivido los últimos años con la anciana?

2 comentarios:

Hurón 19 junio, 2009 08:56  

Por cierto, me preguntábais si habría más casos y si seguirían tratando sobre genética. Pues sí, habrá más casos. Tendrán que resolverse siempre utilizando conocimientos en biología en general, no siempre sobre genética.

Unknown 22 junio, 2009 13:04  

Oeeeeeeee, oe, oe, oeeeeee. Era lo que yo había pensado.