viernes, 29 de mayo de 2009

LA REVOLUCIÓN DEL RNA DE INTERFERENCIA

Hace unos 1000 millones de años, las células eucariotas (el mismo tipo de células que forma nuestro cuerpo) aún no formaban organismos pluricelulares. Vivían aisladas unas de otras o formando capas una sobre otra.

La vida por entonces era muy dura. Había enemigos por todas partes. Los más letales eran los virus. Por esto tuvieron que desarrollar mecanismos de lucha. Uno de los más interesantes fue el mecanismo de silenciamiento mediante Interferencia de ARN. Los virus infectan insertando genes en el genoma de las células. El ARN de interferencia silencia un gen procedente del virus y hace que éste no funcione.

Pero lo más interesante es que las células empezaron a darle un uso mucho más útil a este mecanismo que surgió para la defensa: si se puede silenciar un gen vírico insertado en tu genoma, también se puede hacer lo mismo con un gen propio. A partir de ese momento se podía conseguir que algunas de las células de esa capa de la que hablábamos arriba, dejaran de realizar muchas de sus funciones para especializarse en otras. Las células reproductivas, por ejemplo, no realizaban funciones digestivas, por lo que había células especializadas en la digestión que las alimentaban. Así surgieron los primeros organismos pluricelulares.

Esto podría tener interesantes aplicaciones en medicina. Por ejemplo, si podemos desactivar los genes que provocan un cáncer, podríamos acabar con los tumores sin dañar al resto de las células. La medicina que se usa hoy en día, el interferón, silencia todos los genes de la célula, con lo que la destruye, y con ella al cáncer, pero afecta también a los genes que no son cancerígenos.

Además, ya que este mecanismo surgió para luchar contra los virus: ¿por qué no usarlo nosotros también contra ellos? Recientemente se ha publicado un artículo que describe un método para introducir en el genoma de las células ese ARN de interferencia. Para ello usan un táxi genético.

Un táxi genético es un virus atenuado, en este caso un lentivirus (como el VIH que produce el SIDA) cuyo genoma está formado por ARN, en lugar de ADN como nuestras células. Han introducido en su genoma el un trocito de ARN de interferencia específico para cierto gen fundamental para un virus: el H1N1. ¿Os suena verad? Es el virus de la gripe nueva. Junto a este ARNi, se introduce otro ARN que produce una proteína (EGFP) que es verde fluorescente y brilla en la oscuridad. Si la célula brilla es que ambos genes está correctamente instalados en el genoma de la célula. El resultado es que las células que sintetizan esa molécula son inmunes al H1N1 y al H5N1 (que provoca la peligrosa gripe aviar).

Mediante técnicas similares, ya se ha logrado "in vitro" frenar la replicación del VIH, del poliovirus y del virus de la hepatitis C, exponiendo cultivos celulares humanos a ARNi. El problema es que es dificil fabricar medicamentos que contengan ARNi, por su gran tamaño y porque se destruye con la digestión. Si se resolvieran de forma eficaz estos problemas, se abriría una auténtica revolución en el mundo de la medicina.